La adoración de los Reyes Magos. Bartolomé Esteban Murillo |
Los Evangelios (unicamente aparecen en el de Mateo) solo hablan de «magos» , en ninguna parte se indican sus nombres, ni que fuesen reyes, ni que fueran tres (número que posiblemente se deba a la cantidad de obsequios ofrecidos). Estas creencias fueron agregadas varios siglos después y se han mantenido en la tradición popular.
La tradición de los Reyes Magos fue recogida a través de los siglos por grandes padres de la Iglesia como San Jerónimo y por historiadores eclesiásticos como Maese Pedro y plasmada en una rara joya bibliográfica que se encuentra en la Bioblioteca de la Universidad de Salamanca, una "Historia de los Reyes Magos" (manuscrito 2037), escrita bajo el reinado de los Reyes Católicos. Este texto, nos da, además, el placer de saber qué fue de ellos una vez que regresaron a sus tierras:
Melchor continuó sus tareas como Rey de Nubia, Baltasar reinó en Godolia y Saba y Gaspar en Tarsis, Ynsula y Grisula, donde se dice que está el cuerpo del apostol Santo Tomás que, por lo visto, los consagró como arzobispos. En algunos textos se recoge que sobre el año 70 fueron martirizados y sus huesos recogidos en un mismo sarcófago y en otros que murieron debido a su vejez una vez que se les volvió a aparecer la estrella como presagio del fin y que brilló mientras los enterraban juntos, permaneciendo sus cuerpos incorruptos.
Relicario de los Tres Reyes. Catedral de Colonia |
Ahora, sólo cabe preguntarnos: ¿qué tipo de fenómeno astronómico pudo ser la estrella de Belén, que hoy adorna, los nacimientos?
En la Biblia apenas se cita la estrella dos veces, pero algunos astrónomos actuales han pasado años dedicados al estudio de esta estrella y han sacado sus propias conclusiones y nos desvelan el misterio por completo,a pesar de disponer de escasos datos.
Se ha rechazado que la estrella de Belen fuera Venus, porque no habría sido suficiente motivo para el viaje, ni una supernova, porque deja huellas en el espacio, y en este caso no existen, ni el cometa Halley ya que pasó en fechas distintas (XII a.c.), sin embargo si que se han encontrado evidencias en los registros chinos y coreanos de la existencia en esas fechas de una nove brillante.
Parece ser, que en el año VII a.c. tuvo lugar una conjunción triple de planetas en la constelación de Piscis, la constelación asociada a los judíos. Al año siguiente Marte, Júpiter y Saturno se agruparon en un diámetro de 8º, de nuevo en la constelación de Piscis. Los sabios debieron observar ambos fenómenos y decidieron que algo iba a suceder en Tierra Santa. Tras unos meses vieron la nova y partieron. La estrella de Belén debió ser la nova del V a.c., pero nuestros sabios se vieron impulsados a este gran viaje por una sucesión de hechos, que posteriormente , la tradición, la leyenda y la fantasía adornarían llegando, incluso, a convertirlos en reyes.
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