Al este de la localidad de La Peña en la comarca de La
Ramajería y en el Parque Natural de Arribes del Duero encontramos el paraje que los lugareños
denominan “La Peña Gorda”.
Es un relieve residual (roca de mayor resistencia que
la de su entorno) de forma dómica, anterior al arrasamiento. La resistencia a
la erosión se produce por la episienitización previa al arrasamiento. En la
etapa post-hercínica, el granito que forma este relieve, sufre una alteración por
la circulación de fluidos a altas temperaturas, lo que le produce cambios
mineralógicos. Se pierde gran parte del cuarzo y su hueco es ocupado por
minerales secundarios como cloritas o epidotas. La sílice liberada del cuarzo,
se concentra en zonas de fractura formando pequeños diques de cuarzo, visibles,
que ayudan a preservarla, por su dureza, deteniendo la erosión. El granito se
ha convertido en una episienita, roca plutónica muy pobre en cuarzo y con
feldespatos.
La exposición posterior a fenómenos meteorológicos
hace que en la parte superior aparezca descamación de la roca, pilones y “tafonis”,
estructuras geológicas formadas por procesos erosivos y meteorización en las
paredes inclinadas de la roca.
El color rosado que tiene, se debe a las inclusiones
de hierro en el feldespato alcalino, consecuencia de la alteración hidrotermal.
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